Pero no confundamos las cosas. Una es una práctica común en política, que es poner a cercanos en puestos de confianza, lo que tiene sentido, pues, por algo son “de confianza”. Podemos encontrarlo criticable y cuestionar la experiencia. Pero otra cosa es cuando se trata lisa y llanamente de corrupción, como parece ser el caso de “Democracia Viva”. Algo total y absolutamente inaceptable.
Pero no confundamos las cosas. Una es una práctica común en política, que es poner a cercanos en puestos de confianza, lo que tiene sentido, pues, por algo son “de confianza”. Podemos encontrarlo criticable y cuestionar la experiencia. Pero otra cosa es cuando se trata lisa y llanamente de corrupción, como parece ser el caso de “Democracia Viva”. Algo total y absolutamente inaceptable.